Claudia Silva

Son muchas las personas que al iniciar un proceso de separación, les aterra transitar por este camino. Entonces, dan el paso, empiezan a transitar los primeros días o semanas, pero algo en su interior los desequilibra, no saben cómo manejarlo y los hace regresar al mismo lugar. Incluso, entran en una confusión y duda que los hace regresar e intentan nuevamente una reconciliación. Pero más tarde y de manera inevitable, se encuentran con los mismos conflictos y aún peor, la relación se desgasta más o se termina de fracturar.
Hoy en día he dejado de mencionar, cómo procesar el DUELO. Porque la gente cuando escucha la palabra “DUELO”  lo identifica inmediatamente como un DOLOR INTENSO al que se tienen que enfrentar.Y es que en realidad el proceso de Duelo, no siempre se transita en ese desgarre de emociones. Pero para eso, necesitas tu comprensión durante el proceso de separación.

La separación de una relación, es un proceso de adaptación a una nueva forma de vivir con lo que ya no está. Pero es eso, “solo un proceso” al que se debe estar dispuesto a transitar cuando se ha tomado la decisión firme de la separación.
Mientras el proceso de separación lo sostengas desde el papel de víctima, culpable, desde el miedo, desde tu creencia de soledad, desde tu resistencia al cambio. Será inevitable que tu mismo te lleves y te sumerjas al dolor.
Pero si el proceso lo transitas desde un inicio, en completa convicción de que esta decisión es lo mejor para los dos. De que asumes tu parte, desde dónde te vinculaste con el otro cuando iniciaron la relación de manera inconsciente y cuál fue también tu parte implicada, donde tu también aportaste para crear esta separación. 

Es entonces, cuando el proceso de la desvinculación se atraviesa con calma. Y aunque pudieran estar presentes algunas emociones, como tristeza, melancolía, a veces algo de enojo, confusión, etc. Te darás cuenta de manera muy visible, como únicamente son emociones pasajeras y NO te llevan al desborde y al colapso, porque puedes seguir transitando ese día a día de manera llevadera, con los subes y bajas normales de lo que conlleva un proceso de separación.
No le tengas miedo al proceso de separación, porque dónde ya se ha intentado todo, solo queda dar las gracias y continuar nuestro camino. 
Gracias por leerme!
Claudia Silva 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Publicar comentario