No hemos sabido utilizar y sentir nuestras emociones, porque hemos aprendido todo el revés. No conocemos nuestras emociones, no atendemos nuestro pensamientos porque tampoco sabemos cómo funcionamos. Si sentimos lo que pensamos, entonces toda emoción siempre va a surgir de un pensamiento. Pensamiento y emoción nunca están separados.
Hemos traído un sistema de pensamiento y de sentir donde siempre estamos evadiendo, huíamos del dolor, de la incomodidad, rechazamos todo lo que nos desestabiliza. Pero lamentablemente, esta es la forma que hemos mal aprendido. Desde que llegamos a la vida nadie nos ha enseñado a tener otro tipo de pensamiento, en automático y de manera inconsciente, nuestros pensamientos son siempre de miedo, de dolor, de angustia, de enojo, de preocupación. Así que, no sabemos sentir nuestras emociones porque únicamente hemos aprendido a sufrirlas.
Tus emociones son los ojos que tienes para mirarte, a través de ellas tienes la oportunidad de iniciar un camino de conocimiento hacia ti mismo. Buscamos afuera siempre la solución a todo, a nuestro dolor, a nuestra tristeza, a nuestra angustia, a nuestras miedos, a nuestros conflictos. Pero afuera no hay nada! Lo que ves afuera es la pantalla de tus pensamientos. Si quieres ver un cambio en la pantalla de tu exterior, tienes que ir a donde nace la imagen que proyectas… es en ti, en tú interior donde tienes que hacer el cambio de lo que miras, piensas y sientes.
Las emociones no están para ser gestionadas, están para ser sentidas y vividas. No hay emociones buenas y malas, toda emoción es una energía en movimiento y esa energía surge de la misma energía de vida. Tu y yo también formamos parte de esa energía de vida.
A partir de ahora empieza a sentir y vivir tus emociones. El primero paso es aceptarlas, no juzgarlas y no querer cambiarlas. Cuando empiezas a aceptar lo que hay en tu vida y empiezas a aceptarte, ya has iniciado el camino para empezar a amarte completamente.
Gracias por leerme!
Claudia Silva