Una Pareja nos lleva al molde porque es lo que nos han enseñado, porque es lo que conocemos. Pero puedo decirte que a partir de los años que llevo en mi experiencia trabajando en mi amor propio, la perspectiva de pareja cambia, cambia porque ahora no se quiere a alguien que nos venga a dar algo que ya sabemos darnos, ahora es un disfrute tener al lado de uno a alguien que quiera ser un compañero de vida. Y para ser compañero de vida, antes uno debe ser un buen compañero y un buen amigo de sí mismo.
Un compañero de vida para ampliar la felicidad y amor que cada uno ya es, para eso previamente Ser el amor y Ser esa felicidad para dar y compartir. Desde este lugar no se pide, solo se extiende lo que hay.
Todo lo contrario a querer una pareja, se quiere una pareja para que llene nuestra soledad de la que huimos, se quiere para que me de el amor que no me se dar, se quiere para que me de seguridad y hacerlo de mi propiedad. Y así, finalmente para llegar a lo de siempre, al apego y a sufrir de mal amor, porque esperamos siempre que sea de afuera hacia adentro, siempre desde nuestra necesidad.
Para lograr compartir con un compañero de vida, debes iniciar por un recorrido amplio de saber conocerte y amarte a ti mismo. Si no inicias por aquí, es imposible que puedas lograr tener una buena relación con alguien, porque la primera relación y el primer amor es contigo mismo. Cuando sabes ser contigo mismo tu compañero de vida, cuando ya eres tu mejor amigo y cuando sabes ser amor, entonces habrás llegado a un buen lugar para saber relacionarte sin perderte de tu amor propio.
Gracias por leerme.
Claudia Silva