Mirarnos a través de los hijos, es de los espejos más duros para mirarnos como padres. Lo que vemos en nuestros hijos siempre será un reflejo de lo que hemos dado a ellos. En ellos miramos nuestras partes inconscientes no resueltas, pero también nuestras partes que ya hemos sanado.
Cuando hay desequilibrio en los hijos, en carácter, comportamiento, actitudes, educación, valores, etc. Antes de que como padre/madre juzgues a tus hijos, mejor pregúntate: qué di o qué me faltó dar en mis hijos que hoy veo el reflejo de mí en ellos?
Siempre somos nosotros los padres que desde pequeños fuimos formando a nuestros hijos en todas las áreas de sus vidas. Pero en el proceso de su educación, cómo estábamos nosotros como padres? Cómo ha sido la relación con nosotros mismos? Ya hemos sanado nuestro pasado, nuestra infancia y nuestra relación con nuestros propios padres? Si no fue así, temo decirte que en el proceso de la formación de tus hijos colocaste tus partes inconscientes no resueltas.
Los conflictos que hoy tienes con tus hijos, utiliza la sombra que surge a través del conflicto para observar esas partes que no has trabajado y sanado en ti. Todo síntoma de un hijo, es un síntoma de sus padres y solo los padres lo pueden resolver. Los hijos solo pueden imitar a sus padres, porque la dinámica que hay en su entorno es lo que conocen.
Gracias por leerme
Claudia Silva