Claudia Silva

Hasta hoy hemos conocido el dolor como algo incómodo, desagradable y preferimos darle la vuelta para no confrontarlo. No sabemos transitar un proceso de dolor porque lo primero que hacemos es juzgar el dolor como algo malo, creas un espacio de tensión dentro ti y haces que la emoción aumente. Con la tensión haces un movimiento de separación, y para que una emoción se comprenda tienes que unirte con ella, ponerte en comunión.

En la vida nos encontramos con muchas situaciones que nos confrontan con el dolor. Pérdidas, relaciones, salud, pérdida de sentido de vida etc. No sabemos vivir el dolor,  porque nos hacemos un transitar con mucha carga donde vamos penando en la vida y entramos en una lucha por querer salir de ahí lo más pronto posible. El sentimiento de dolor no es algo negativo, esto ha sido solo una creencia. Para la consciencia todo es, toda esta sucediendo, todo es vida en movimiento. Simplemente estás viviendo una experiencia de vida en la que tienes una oportunidad más para conocerte.

El dolor es una emoción que forma parte de la vida, está ahí no para sufrirla sino para vivirla y experimentarla. En el momento que estás transitando por un proceso de dolor, esa emoción está ahí viva, pide tu atención en el instante presente. Tu dolor solo puede ser sanado en el presente, no hay un futuro para cambiarla, el futuro es hoy. Cuando aplazas el tiempo, lo único que haces es alargar una agonía con tu dolor.  Cuando paras, lo asumes, lo atiendes y miras el origen de dónde lo estas creando, ahí empiezas a darle movimiento a la emoción para ser transformada. 

Detrás del dolor hay un espacio de conocimiento en tu interior, hay partes de ti que no conoces o que no has hecho consciente, por ejemplo: creencias, juicios, interpretaciones, situaciones que no aceptas, tensión y resistencia a algo que quieres que sea de otra manera, etc.

Primero acepta y mira la resistencia que le has puesto al dolor, sino inicias por este paso, no podrás asumirla. Cuando empiezas a quitar el velo de la resistencia, inicias el proceso de “darte cuenta”, ahí descubres las historias e imágenes que te has contado donde alimentas y le das vida a tu dolor. Cuando has dado este paso, das inicio a la rendición, así que ahora bienvenido al proceso de aceptación!

De esta manera dejas que esa energía de emoción del dolor empiece a moverse, cuando aceptas lo que es, empieza el momento de tu transformación. Todo proceso de autoconocimiento a través de una experiencia de vida lleva su tiempo, ten paciencia y no abandones el proceso. Cada experiencia que te lleve al dolor, tienes la oportunidad de reencontrarte y transformar tu dolor en amor. 

 

Gracias por leerme!

Claudia Silva

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Publicar comentario