El apego un sentimiento no comprendido que nos lleva al sufrimiento. No hay que luchar con el apego hay que ponerse en comunión con el para conocerlo.
Para entender el apego hay que conocer su origen. Cuando llegamos a la vida un bebé por instinto de supervivencia necesita de un adulto para que le cuide, lo alimente, lo proteja, todo eso forma parte de su vida para su crecimiento, un pequeño no puede valerse por sí mismo. Aquí inicia el primer contacto con el otro por una necesidad de supervivencia, pero como un acto completamente natural. Pero nadie nos enseñó que al volvernos adultos, uno mismo debe de darse a sí mismo, atención, cuidado, amor, contención.
Nos quedamos identificados en que todo lo antes mencionado lo obtengo de alguien más, pero además, creemos que es un deber que el otro nos tiene que dar. Y es aquí, donde surge el apego, en esa necesidad de no saber cubrir mis carencias emocionales como adulto maduro emocional, ahora nos volvemos limosneros de amor.
Aquí da inicio el sufrimiento, porque ese adulto al no hacerse responsable de su bienestar emocional, cree que si la persona no está en su vida, ya no tiene felicidad y amor. Ahora su estado emocional depende de alguien a su lado, la persona no se da cuenta que en su apego solo utiliza al otro para su beneficio y estabilidad emocional. En su gran necesidad se va creando cada día desequilibrio emocional generando celos, posesión, control, porque a estas personas les aterra perder.
Esa frase de sin ti me muero, sin ti mi vida no tiene sentido… es algo completamente incoherente. Nadie tiene la capacidad de darte nada que tu no te sepas dar. Aquí la persona está completamente perdida, abandonada y ausente de sí misma.
Se genera apego porque nunca hemos atendido nuestras carencias, vacíos, necesidades que traemos de un pasado no sanado. Además se sostienen creencias que nunca se han indagado y confunden amor con apego.
El apego nunca es amor, porque el apego está sostenido de una emoción base que es el miedo…
Gracias por leerme
Claudia Silva