Claudia Silva

El alimento esta conectado con las emociones y con el amor propio que nos tenemos.

Cuando nace un niño, su primer amor y su primer alimento para el bebé son lo mismo, LA MADRE. De modo que existe una profunda asociación entre el alimento y el amor. De hecho, el alimento va primero y luego lo sigue el amor.
Cuando un niño nace,el primer día el niño no puede comprender el amor. El niño nace con hambre, necesita comida de inmediato. El amor no será necesario hasta mucho después… 

Más tarde el niño sabe que cada vez que tenga hambre la madre se acerca ofreciendo alimento, cariño y contención. 

Es aquí donde a nivel inconsciente el ser humano desde niño identifica alimento con vínculo-emoción. De modo que el niño cobra conciencia de que siempre que la madre está cariñosa, siempre que el alimento está disponible, también lo está el “amor”. 

El alimento es un escape que ofrece un gran estado de bienestar, porque comer es un placer. La persona que de adulto no sabe procurarse ese amor propio, tiene tendencia a perderse en sus emociones, crea con facilidad ansiedad, se fuga en la comida y empieza el síntoma del sobrepeso u obesidad. 

Detrás de la ansiedad hay vacío, miedo, incertidumbre, sentimiento de soledad, resistencia, tristeza, enojo etc. Muchos pueden ser los detonantes que hay detrás de la ansiedad y que la persona al no tener conciencia, simplemente busca algo que calme esas desbordantes emociones, que de otra manera no saben manejar por ellos mismo. 

Todo lo contrario a las personas que saben dedicarse a su persona, que se ponen cuidado y atención cuando transitan por una etapa vulnerable en sus vidas. Saben darse esa atención plena y amor propio en el día a día. Estas personas no tienden a detonar ansiedad y hay menos necesidad de alimento, solo el necesario y saludable porque forma parte también del cuidado que se dan a ellos mismos. 

Cuando sabes llevar un buena relación contigo mismo, cuando sabes disfrutar de tu presencia, entras a un estado de tranquilidad y completud. Una persona que sabe crear su propio estado de bienestar desde su interior, es una persona que sabe crear su propia felicidad y no come mucho, porque no tiene sensación de vacío o necesidad de nada. Es desde la carencia, el dolor, el vacío, desde la ausencia, que uno quiere aferrarse a algo. A la comida, que al menos es algo y lo que se tiene a la mano para calmar lo que por uno mismo no es capaz de enfrentar. 

Gracias por leerme! 

Claudia Silva 

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